lunes, 8 de octubre de 2012

LA ENVIDIA


Del latín invidĭa, la envidia es el deseo de obtener algo que posee otra persona y que del que otra carece. Se trata, por lo tanto, del pesar, la tristeza o el malestar por el bien ajeno. En este sentido, la envidia constituye el resentimiento (el sujeto no quiere mejorar su posición sino que desea que al otro le vaya peor).

"La envidia en los hombres muestra cuán desdichados se sienten, y su constante atención a lo que hacen o dejan de hacer los demás, muestra cuánto se aburren."
                                                       Arthur Schopenhauer (1788-1860) Filósofo alemán.

En muchos casos ese deseo de que al otro le vaya peor se concreta con acciones relativas a causar daños de todas clases a la persona objeto de la envidia, esos daños pueden ser económicos, al honor y reputación, a la salud, a la belleza y hasta pueden comprometer la integridad física y emocional del envidiado; quien muchas veces puede creer que los problemas son causa de la fatalidad, cuando la realidad si se investiga un poco, deriva en la envidia.

"La envidia es una declaración de inferioridad."
                                   Napoleón I (1769-1821) Napoleón Bonaparte. Emperador francés.

Constantemente somos  bombardeados por los medios de comunicación sobre cosas materiales, de objetos, de artículos de lujo, etc; y cuando no podemos comprarlos y otros sí, eso genera un sentimiento de envidia hacia ese otro que sí tiene los medios para adquirir lo que nosotros no podemos.  

Y no solamente los objetos son motivo de envidias, también las cualidades o virtudes personales, las personas que sufren de envidia son personas cuya autoestima es bastante baja, tienen complejos de inferioridad ante los demás y como no saben como resolver esas carencias psicológicas de modo sano, entonces dan rienda suelta a la envidia.








El catolicismo considera a la envidia como uno de los sietes pecados capitales, ya que supone la fuente de otros pecados. El envidioso desea tener algo a costa de privar a otra persona de dicha posesión.


"En cuanto nace la virtud, nace contra ella la envidia, y antes perderá el cuerpo su sombra que la virtud su envidia."
                                               Leonardo Da Vinci (1452-1519) Pintor, escultor e inventor italiano.

Esta doble condición de desear algo que no se tiene y pretender obtenerlo a partir de lo que otro tiene hace que la envidia cause infelicidad y dolor a aquel que experimenta el sentimiento. 

El envidioso no se conforma con obtener algo, sino que quiere producir mal a la persona que tiene lo que él envidia.


"La envidia y el odio van siempre unidos, se fortalecen recíprocamente por el hecho de perseguir el mismo objeto."
                                                                                     Jean de la Bruyere (1645-1696) Escritor francés.


El envidioso vive rumiando su desgracia, es un ser inconforme con la vida y con su suerte, pero no hace nada para remediarlo, a menos que sean acciones que vayan en detrimento del envidiado. Cuántas veces vemos como hay personas tan envidiosas que piensan que lo que no puede ser para ellos no es para nadie, y en ese proceder no dudan en dañar a la persona que envidian.

Por algo dicen que la envidia tiene rostro amarillento.


"Después de aquellos que ocupan los primeros puestos, no conozco a nadie tan desgraciado como quien los envidia."
                                                                            Marquesa de Maintenon (1635-1719) Noble francesa.



Todos hemos sentido envidia alguna vez en la vida, cuando éramos niños quizá envidiábamos algo que poseían nuestros hermanos, también de adolescentes sufrimos por envidia, cuando alguna chica era más guapa que nosotras o un chico más popular, etc.



"Todos los tiranos de Sicilia no han inventado nunca un tormento mayor que la envidia."
                                                                      Quinto Horacio Flaco (65 AC-8 AC) Poeta latino.




En la envidia hay también un sentido de competencia, competir con el otro demostrando que puedo ser igual  o mejor que él. 

Pero es una competencia insana guiada por la envidia y los celos. Lo cierto es que en la medida que vamos evolucionando vamos aprendiendo a domesticar ese sentimiento y a controlarlo, porque sabemos que es un sentimiento bajo, que nos amarga y hace infelices. Pero no todos lo desean controlar, ni lo hacen.

Hay personas que sólo viven para envidiar y desear el mal a otros.

La psicología afirma que la envidia es un sentimiento que se niega tanto ante terceros como ante uno mismo. El envidioso desea ocultar su envidia y resulta poco frecuente que la asuma, ya que supone la aceptación de una carencia.

Sin embargo, los efectos de las acciones de los envidiosos son notables.


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