viernes, 12 de octubre de 2012

Envidia Sana: Mito o Realidad


Filósofos como Tomás de Aquino definen la envidia como la tristeza por el bien ajeno, es decir, la persona experimenta malestar interior por un bien ajeno que le hace tomar conciencia de sus propias carencias. La envidia es muy destructiva más para quien la sufre que para quien la padece. Pero en esencia, quien es víctima de celos también puede ser objeto de acciones destructivas por parte de aquel que no puede controlar su envidia. Pero la envidia no sólo puede ser negativa sino también, positiva.


Es decir, existe la envidia sana. Esa sensación de admiración que surge al valorar de verdad los méritos ajenos con un sentimiento de felicidad interior. De hecho, este sentimiento es adaptativo y se convierte en un estímulo para ti a la hora de poder aprender del ejemplo de otras personas que han logrado éxitos importantes en su vida. En otras ocasiones, la envidia sana no es tan ideal en tanto que también muestra una tristeza interior. Sin embargo, el objeto de la envidia no se convierte en un enemigo sino que sigue siendo una persona amiga. De hecho, la envidia siempre se produce entre personas cercanas que se conocen y comparten tiempo en común.

Mientras que la envidia sana se confiesa de una forma totalmente natural, por el contrario, la tristeza por el bien ajeno se oculta y se disimula porque aquel que la siente, en el fondo, tiene vergúenza por tener esos pensamientos. La envidia es un síntoma de baja autoestima y de que la persona tiene carencias que tiene que cubrir de una forma consciente para poder tener seguridad en sí misma.

No tiene sentido envidiar nada en otra persona, simplemente, porque desconoces el mundo interior de esa persona, el camino que ha recorrido para llegar hasta allí, cuáles son sus carencias… Desde fuera, muchas veces, todo parece perfecto pero desde dentro, no siempre lo es.

CAÍN Y ABEL - LA ENVIDIA INJUSTIFICADA



Adán y Eva vivieron por un largo tiempo y tenían muchos hijos e hijas. Sus primeros dos hijos se llamaron Caín y Abel. 

Las Escrituras enseñan que "conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín". "Conocer", en este versículo, significa que Adán y Eva tuvieron relaciones matrimoniales y una nueva vida fue producida. Su siguiente hijo se llamaba Abel. Hay algunas lecciones importantes que podemos aprender de Caín y Abel.

Caín fue labrador de la tierra, mientras Abel fue pastor de ovejas. Ambos eran muchachos religiosos. Ambos adoraban a Dios. Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Yahveh. Abel trajo de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas.
Miró Yahveh con agrado a Abel y a su ofrenda. Pero no miró con agrado a Caín y la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante. Él era el hermano mayor. Él primogénito. Probablemente  era más grande, más fuerte, y más inteligente que su hermano menor. Caín estaba muy enojado que Dios prefieriera la ofrenda de Abel antes de la suya.


Dios animaba a Caín que hiciera lo bueno y todavía pudiera tener preeminencia sobre su hermano. También, le advirtió, no obstante, que el pecado estaba a la puerta deseando devorarle. Si Caín hubiera escuchado a Dios, hubiera vivido una vida feliz y tranquila. En cambio, escuchó al diablo. Se envolvió en una disputa con su hermano y entonces lo mató. Eso fue el primer homicidio en el mundo.

Dios vino a Caín y dijo, "¿Dónde está Abel tu hermano?" Caín mintió y dijo, "no sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?" Dios sabe todo. Caín debería haberse dado cuenta que no podía esconder nada de Dios.

El Señor dijo, "¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra".

El pecado podría traer placer por un tiempo corto, pero siempre resulta en tristeza al final. Dios puso una maldición sobre Caín por causa de su pecado. Hubieron dos aspectos de esta maldición.
  • Primero, la tierra no le volviera a dar su fuerza. La tierra ya había sido maldita por causa del pecado de Adán y Eva. Ahora, sería aún peor para Caín. Cada vez que sembrara su tierra, se acordaría de la injusticia que había hecho a su hermano.

  • En el segundo lugar, Dios dijo a Caín que el sería errante y extranjero en la tierra. Siempre encontraría dificultades en tener buenos amigos. Caín dijo, "Grande es mi castigo para ser soportado". Tenía miedo que cualquiera que le encontrara, trataría de matarle. No obstante, Dios puso una señal en Caín para que no lo matara cualquiera que le hallara.

Caín salió de la presencia del Señor, y habitó en la tierra de Nod, al oriente de Edén. Entonces él y su hermana se casaron y criaron una familia. Hoy en día es incorrecto casarse con alguien de su propia familia. Caín no tuvo otra elección. Sus hermanas eran las únicas mujeres en la tierra. Caín construyó la primera ciudad en el mundo y la nombró Enoc, nombre de su hijo.

Esta historia se encuentra en Génesis capitulo 4. Espero que algún día tenga Ud. la oportunidad de leerla. La Palabra de Dios es semejante a una semilla. Cuando está sembrada en su mente, le dará ideas maravillosas y entendimiento. Ahora, que meditemos en esta historia para aprender algunas lecciones muy importantes.
  • En primer lugar aprendemos que una relación correcta no se obtiene por obras duras. Caín era un labrador de la tierra. Sin duda su trabajo era mucho más duro que el de su hermano, quien fue un pastor.

  • En el segundo lugar, aprendemos que nuestra actitud en la adoración es más importante que el tipo de ofrenda que traigamos a Dios. Hebreos 11:4 nos enseña que la ofrenda de Abel fue aceptada por Dios porque fue ofrecida con fe. El hombre sólo puede observar las apariencias exteriores, pero Dios puede mirar dentro de nuestros corazones. Caín tenía una actitud mala. No quería someterse a Dios. Su rebelión se ve no sólo en el acto de matar a Abel, sino también en la construcción de una ciudad. Dios lo condenó a ser un "extranjero" pero en lugar de eso, construyó una ciudad.

  • En tercer lugar, aprendemos que deberíamos amarnos unos a otros en vez de seguir el ejemplo de Caín. El libro de Génesis es el primer libro de la Biblia. Uno de los últimos libros de la Biblia fue escrito por Juan el apóstol. En ese libro escribió: "Este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros. No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas". (1 Juan 3:11-12) Desde el principio mismo, Dios ha querido que nos amemos unos a otros.

  • En el cuarto lugar, aprendemos que gente religiosa pueda ser, a veces, cruel y mala. Caín fue un hombre religioso, pero mató a su hermano. Jesús fue crucificado por hombres religiosos. En Lucas 15:11-32 se encuentra la historia del hijo pródigo. Léase esa historia para ver que es similar a la historia de Caín y Abel.

  • Finalmente, esta historia nos da entendimiento en cuanto al "nacer de nuevo". Esta es una expresión usada por Jesús para describir la salvación. (Véase Juan 3:1-22) Adán "conoció" a su esposa y ella dio a luz vida nueva. "Conocer" a Jesús, en el sentido espiritual, es "nacer de nuevo".

  • La salvación es la experiencia más maravillosa en la tierra. No solo hombres perversos como Caín pueden ser salvos, sino aún los hombres quienes crucificaron a Jesús fueron ofrecidos el don gratuito de salvación y vida eterna.

·   «Sobrellevad los unos las cargas de los otros y cumplid así la ley de Cristo» (Gál. 6:2).
·   «Este es tu problema, no el mío»; «¿Y a mí qué? Yo paso».
Estas frases, tan populares hoy en una sociedad individualista en grado sumo, reflejan la tendencia natural del ser humano desde que Caín hizo la cínica pregunta relatada en párrafos anteriores, refiriéndose a su hermano Abel, a quien acababa de matar.
Por naturaleza, todos llevamos algo de «cainismo» en el corazón: indiferencia y egoísmo en las relaciones con el prójimo.
Incluso muchas personas creen y hacen suyo de buena fe aquel refrán que dice: «Cada uno en su casa y Dios en la de todos». Es una versión «espiritualizada» que pretende justificar la comodidad del individualismo. No se trata, pues, de un problema moderno ni exclusivo de egoístas empedernidos. Nos afecta a todos y ha sido así desde siempre.
Como decía Pascal, el ser humano no es ni ángel ni bestia y, en el fondo, es las dos cosas a la vez. Todos llevamos «un ángel» dentro porque conservamos la imagen de Dios, este sello imborrable que persiste aunque esté profundamente alterado por el Pecado.
Esta impronta del carácter divino nos lleva a luchar contra el «demonio» que también anida en nuestro corazón y que convierte al hombre con frecuencia en esclavo de su codicia, su egoísmo, su ambición sin límites, su amor por el dinero fácil etc. Precisamente todas estas conductas -la Biblia las llama pecados- están en la raíz de la actual debacle económica. El problema de Europa hoy no es en primer lugar un problema de mercados financieros sino de ambiciones sin límite y de egos desbordados. Ahí empieza todo.

ENVIDIA - PERFILES





Perfil del Envidioso

Triste y pesaroso por el éxito del envidiado y alegre por sus fracasos y desdichas.
Pasivamente Descontento. Su odio se activa fácilmente ante circunstancias favorables.
Colérico y rencoroso.
Calumniador y maledicente.
Se compara continuamente al envidiado y es competitivo.
Siente inferioridad respecto al envidiado y no es capaz de admitirlo ni siquiera ante si mismo.

Perfil del Envidiado

Alguien cercano, no necesariamente en el espacio sino en el tiempo. Coetáneo o de edad similar. (El joven no suele envidiar al viejo porque puede pensar que dispone de mucho tiempo para llegar dónde ha llegado el viejo y a éste le queda el consuelo de pensar que eso nunca será así.)
El envidiado desea lo mismo que desea el envidioso. Tiene los mismos objetivos. Existe una paridad en las aspiraciones entre envidiado y envidioso.
El envidiado tiene algo que el envidioso ve factible llegar a poseer o hacer. Por eso es más frecuente que el pobre envidie a otro pobre que que envidie al rico. El envidioso necesita compararse a un modelo próximo. El envidiado nunca es alguien demasiado superior con quién el envidioso no pueda competir.
El envidiado está cercano en el espacio (es el vecino, el cuñado). Con esto se alimenta la competencia y se aviva constantemente el fuego de la envidia.

Envidia representada por Jacques Callot

Como la avaricia, la envidia (en latín, invidia) se caracteriza por un deseo insaciable, sin embargo, difieren por dos grandes razones: Primero, la avaricia está más asociada con bienes materiales, mientras que la envidia puede ser más general; segundo, aquellos que cometen el pecado de la envidia desean algo que alguien más tiene, y que perciben que a ellos les hace falta, y a consiguiente desean el mal al prójimo, y se sienten bien con el mal ajeno.
La envidia va tan flaca y amarilla porque muerde y no come.
Francisco de Quevedo

Dante Alighieri define esto como «amor por los propios bienes pervertido al deseo de privar a otros de los suyos». En el purgatorio de Dante, el castigo para los envidiosos era el de cerrar sus ojos y coserlos, porque habían recibido placer al ver a otros caer.


jueves, 11 de octubre de 2012

LA ENVIDIA CORROSIVA





La envidia es un vicio perverso e imperdonable, ya que es el que tiene el mayor poder corrosivo para el vicioso, a la vez que es demoledor para el envidiado. Merece un apartado especial por su ubicuidad en cualquier medio y porque está enlazado con todos los demás de diversas y tortuosas maneras.
Con la envidia se vinculan la ira, los celos, la competitividad, la calumnia, la maledicencia, la rivalidad, la avaricia, el rencor, la venganza y todo el espectro de la ruindad humana. Además, la envidia, a diferencia de los vicios restantes, no deja demasiado espacio al placer, a excepción del placer de ver al envidiado destruido.

La tristeza por el bien ajeno (o la alegría por el mal ajeno).

La psicóloga recibe a su paciente que sigue un  tratamiento por depresión. Aquél día fue distinto, Por primera vez en mucho tiempo mostraba la sonrisa más angelical y sincera que le hubiera visto en la cara. ¿Parece que te encuentras mejor? , le pregunta la terapeuta.
" Mi enemiga ha suspendido la selectividad y no podrá entrar en mi facultad, "  responde la paciente con un brillo inusual en los ojos. La envidia malsana mostraba su cara más genuina, sin tapujos.

La envidia tiene más concordancia con la percepción interna de inferioridad, que con la escasez objetiva. No es que la envidiosa no tuviera los medios para entrar en la universidad, sino que se sentía inferior a la envidiada.



Para que la envidia esté presente se necesitan tres partes:

El envidioso (sujeto).
El envidiado (supuesto rival)
Una posesión (un bien)

El bien puede ser material o no, por ejemplo, la felicidad que el envidioso atribuye al envidiado.
Así, la envidia se define como una incomodidad, tristeza o malestar que siente el sujeto al pensar que no posee el bien que tiene el rival.
Si la envidia pasa a ser maligna, también se desea que el rival no tenga el bien. En este caso se trata de la envidia malsana o destructiva. La envidia sana suele estar mezclada con admiración.
Esta pasión proviene de la tendencia humana a evaluar el propio bienestar mediante la comparación con el prójimo.
En un ensayo magistral sobre la envidia, el filósofo Alfonso Tresguerres elabora un retrato del envidioso y del envidiado y concluye afirmando que no es necesario que exista una superioridad real del envidiado ni tampoco la posesión de algo que le haga aparecer de inmediato como superior. Solo hace falta que el envidioso lo vea como tal. El envidioso se siente inferior al envidiado y es la envidia el rasgo que desvela este sentimiento. Por esta misma razón, el envidioso no está dispuesto a reconocerlo ni siquiera ante sí mismo. Por eso también la envidia se oculta y se niega tenazmente. Añade, por último una frase de Rochefoucauld:  A menudo se hace ostentación de las pasiones, aunque sean las más criminales, pero la envidia es una pasión cobarde y vergonzosa, que nadie se atreve nunca a admitir. Sería como  admitir la propia inferioridad.


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miércoles, 10 de octubre de 2012

SEIS SÍNTOMAS DE LOS ENVIDIOSOS


Se pueden definir dos tipos de envidiosos:
1.- Los que están conscientes y aceptan que sienten envidia y quieren evitarla porque saben que nada bueno les traerá.
2.- Los que no están conscientes, no aceptan o no reconocen que son envidiosos, ocultándose muchas veces en soberbia o prepotencia.
A continuación se exponen 6 síntomas de los envidiosos, 3 visibles y 3 invisibles, si se logra percibir alguno de estos, debe trabajarse la personalidad para eliminar la envidia, de tu vida, porque no solamente deja mal ante los demás sino que hace sufrir emocionalmente.
La envidia es la prueba infalible del sentimiento de inferioridad, al que envidia sus acciones le gritan al mundo entero que él se siente inferior. El que envidia expresa que se siente inferior al envidiado.
Los 3 síntomas visibles:
1.- CRITICA DE ALGUNA MANERA TUS ÉXITOS O PERTENENCIAS.- Como el envidioso se siente inferior a ti, trata de alguna manera mermar tus capacidades y una manera de hacerlo es criticando tus éxitos o bienes. 
El que NO envidia te admira cuando te va bien, pero el envidioso no te admira, te critica. Es el mecanismo de defensa que salta por su sentimiento de inferioridad. El envidioso no enfoca sus fuerzas para crecer, si no que las enfoca para hacerte decrecer. No trata de volverse superior para alcanzarte, si no que trata de hacerte inferior para que no estés “por encima” de él, según su equivocada percepción. Por ejemplo, si adquieres un auto nuevo puede decirte: “no me gusta tu coche, está muy ovalado”; si te haces un corte de cabello algo poco común, y él te dice “está feo ese corte que te hiciste, pareces un puerco espín” es porque muy probablemente le gustó tu corte pero a él no le queda por la forma de su cabeza, o porque tal vez sí le queda pero no tiene la personalidad atrevida para hacérselo, entonces recurre a su mecanismo de defensa: la crítica; si estás prosperando, seguramente le dirá a otros que robas en tu trabajo o que haces algo ilegal para obtener dinero.
2.- BUSCA TUS ERRORES PARA RESALTARLOS.- Otro mecanismo muy recurrente es monitorear como radar tus acciones, bienes o conducta para buscar algún error y resaltarlo. Nuevamente el envidioso dirige sus acciones para hacerte decrecer, para mermar tu capacidad, para destruir tus éxitos. Por ejemplo, te sacaste 100 en tu examen de matemáticas y al sacar una pequeña cuenta en un supermercado te equivocas y enseguida te dice “¿sacaste 100 en matemáticas y no sabes sumar?”; por ejemplo, tu coche tiene un pequeño rayón y el único que se da cuenta es el envidioso, es más, tú ni lo habías notado y te dice con un tono de felicidad por el daño que te hicieron: “ya te rayaron el auto, ya con eso ahora vale menos”
3.- TRATA DE OPACAR TUS ÉXITOS Y PERTENENCIAS.- El envidioso, si no puede superarte recurre a otras personas que supuestamente te superan para mermar tus éxitos. Si él se siente inferior quiere que también tú te sientas así. Por ejemplo: Compras un automóvil seminuevo y él dice: “mi primo compró este mismo modelo pero nuevo y la versión de lujo”; te compras un vestido y te dice: “mi prima se compró uno parecido, pero como tiene muy buen cuerpo le queda muy bien”; vas al colegio a buscar las calificaciones de tu hijo y obtuvo 4 dieces y 2 nueves, y el hijo de tu vecina obtuvo 4 cincos y 2 seis, y te dice al ver las calificaciones de tu hijo “mi sobrino obtuvo puro 10, ningún 9″, como si se lo estuvieras preguntando. Con este mecanismo trata de hacerte sentir inferior así cómo él se siente inferior en relación a ti, pero como él mismo no puede o no quiere superarte entonces recurre a otras personas.
Los 3 síntomas invisibles:
4.- DESEA QUE TU FRACASO LLEGUE TARDE O TEMPRANO.- El envidioso sufre tanto por ti que a veces puedes volverte esencial para su atención, te pone en la mira esperando a qué hora vas a fracasar, a qué hora vas a fallar o a qué hora tu destino cambiará para mal. Está pendiente de tus acciones y bienes esperando a qué hora te va a ir mal. Si compras un auto nuevo está esperando a que tu hijo te lo choque, si te cambias de trabajo y te va muy bien está esperando a qué la crisis económica haga que te despidan, si tienes un negocio está esperando a qué hora va a quebrar. Está más pendiente de tu fracaso que de su propio éxito personal
5.- DISFRUTA TUS ERRORES O FRACASOS COMO SI FUERAN ÉXITOS PERSONALES DE ÉL.- El envidioso está atento a qué hora fallarás o a qué hora tu fracaso vendrá para disfrutarlo como si tu fracaso fuera su éxito personal. Como se expresó antes, ya no está pendiente de alcanzar su éxito, si no de que el fracaso te alcance para que lo disfrute como si fuera un éxito de él. Por ejemplo, chocas tu automóvil nuevo, él lo ve y lo disfruta tanto como si él mismo se hubiera comprado un coche; tu hijo es un excelente estudiante pero este bimestre obtuvo calificaciones muy bajas, tu vecina lo ve y siente dentro de sí una felicidad como si su hijo se hubiera sacado puros dieces; compras tu laptop nueva y se te rompe el monitor, el envidioso lo ve y lo disfruta como si se hubiera ganado un premio.
6.- SI TIENE LA OPORTUNIDAD PERSIGUE TU FRACASO.- El envidioso subordina enfermizamente parte de su felicidad a tu fracaso, de tal manera que a veces persigue tu derrota, tu mal, tu fracaso. Trata de eliminar tu éxito para que él no se sienta infeliz. Por ejemplo, si te compras un automóvil nuevo a él le duele, sabe que nunca obtendrá uno así y cree que no será feliz como tú, entonces en la noche va y raya tu auto para sentirse feliz o no sentirse infeliz; pones una tienda y tu vecino de enfrente es envidioso, como ve que estás prosperando, sin saber nada del negocio pone una tienda cerca de la tuya con tal de mermar tus utilidades, nuevamente, más que buscar sus éxitos personales los envidiosos buscan tu fracaso; vendes productos electrónicos por internet, ebooks o audios, entonces el envidioso te los piratea y crea una web invirtiendo muchas veces más de lo que tu invertiste en la tuya, sube tus productos y los regala a tus potenciales clientes con tal de destruir tu negocio. Es capaz de invertir su dinero no para poner un negocio, si no para destruir el tuyo
Ahora, una comparación entre los no envidiosos y envidiosos para que se observe como el envidioso sufre:
1.- El que no envidia admira tus logros, el envidioso te los critica. El que siente admiración siente un sentimiento positivo, el que critica experimenta un sentimiento negativo, por lo tanto, el que no envidia es feliz y el que envidia infeliz
2.- El que no te envidia no busca tus errores, y si se da cuenta te lo dice de buena manera para que lo corrijas, en cambio el envidioso sí monitorea tus errores y te los resalta de manera que te pueda hacer sentir mal
3.- El que no es envidioso disfruta tus éxitos, no trata de opacarlos, en cambio al envidioso le duelen tus éxitos por lo que trata de mermarlos. Si el que no envidia los disfruta y al que envidia le duelen entonces el envidioso es infeliz
4.- El que no envidia desea que tu éxito continúe, en cambio el envidioso guarda la esperanza de que el fracaso te llegue, y si no te llega de alguna manera es infeliz
5.- El que no es envidioso siente que no mereces fracasar, en cambio el envidioso disfruta tus fracasos cómo si fueran éxitos personales de él, por lo que subordina parte de su felicidad a tu fracaso, y si éste no te llegue su felicidad subordinada tampoco le llega
6.- El que no envidia si tiene oportunidad contribuye con tu éxito, en cambio el envidioso, si tiene oportunidad persigue tu fracaso.
Más adelante seguiremos hablando de la envidia y sabremos a qué se debe que las personas sean envidiosas.

FÁBULA SOBRE LA ENVIDIA - LA SERPIENTE Y LA LUCIÉRNAGA


"Cuenta la leyenda, que una vez, una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga. Ésta huía rápido y con miedo de la feroz depredadora y la serpiente no pensaba desistir. Huyó un día, dos días y la serpiente no parecía desistir. En el tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga se detuvo y dijo a la serpiente:

¿Puedo hacerte tres preguntas?
-No acostumbro dar éste precedente a nadie pero como te voy a devorar, puedes preguntar…..

¿Pertenezco a tu cadena alimenticia? -No,

¿Yo te hice algún mal? -No

Entonces, ¿Por qué quieres acabar conmigo?  -Porque no soporto verte brillar!"

Ese no soportar ver brillar a los demás es algo que corroe el alma del envidioso sin darle sosiego ni paz.
 "La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es el hambre espiritual", así decía Miguel de Unamuno. Hambre espiritual, vacío interior, carencia de valores, porque cuando un ser humano está seguro de sí mismo y de sus capacidades, no siente envidia de los demás.

Aprender a aceptarnos como somos con nuestras limitaciones y ventajas, defectos y virtudes, es síntoma de evolución espiritual,  aprender a alegrarnos con el triunfo o la felicidad del otro es símbolo de nobleza en el corazón. Superar la envidia nos hace seres mucho más satisfechos con nosotros mismos y también mucho más humanos.

Nadie debe vanagloriarse de sentir envidia, porque es un sentimiento dañino. He leído que algunas personas opinan que se puede aprender a sublimar la envidia convirtiéndola en un estímulo para esforzarse en buena lid  para obtener lo que envidiamos, es decir por méritos propios, pudiera ser que se hablase de una envidia sana en éste sentido, pero no estoy tan segura de pueda haber una envidia sana, la envidia de por sí es un sentimiento insano que  de una u otra forma nos hace infelices si no aprendemos a controlarlo.

Nuestro mundo actual está lleno de sentimientos negativos, dañinos, son esos sentimientos que corroen el espíritu y que nos convierten en personas frustradas, egoístas, infelices, celosas, amargadas, rencorosas, etc... debemos tratar de trascender éstos tipos de sentimientos, cómo? queriéndonos más a nosotros mismos, elevando nuestra autoestima, aprendiendo a ser mejores seres humanos de corazón noble y generoso. 

Recordemos que estamos en tiempos de Ascensión caminando en el Amor, y en el Amor no hay cabida para sentimientos tan mezquinos como la envidia ni algún otro parecido. 

Hay una frase de Josh Billings que dice: "El amor mira a través de un telescopio, mientras que la envidia lo hace a través de un microscopio."

Esta frase nos ilustra muy bien lo estrecha de miras que puede ser la envidia en comparación con lo ancho del Amor donde todo cabe.

Plutarco a su vez nos dice sobre la envidia que es un desorden del alma "inconfesable" : "Entre los desórdenes del alma, la envidia es el único inconfesable."

Inconfesable porque el que lo padece debería sentir vergüenza de ello, no es algo de lo que una persona pueda sentirse orgullosa,  un desorden del alma, Plutarco ha sabido definir muy bien a la envidia. No podemos permitir que los desórdenes del alma nos agobien y controlen, además recuerden también el papel que juega el Ego en todo ésto, es el personaje que lleva las riendas de éste sentimiento tan devastador de la personalidad.

Debemos aprender a alegrarnos con los éxitos de los demás, pero a hacerlo de corazón, sin sentir envidia por ello, a cada quien le toca lo que debe tocarle en ésta vida, cada uno está cumpliendo su misión y no todas las misiones son iguales, ni tienen porque serlo, puede ser que el exitoso necesite vivir el éxito para evolucionar o aprender alguna lección, lo mismo que el que fracasa, o no logra sus cometidos, siempre hay una lección en cada cosa o circunstancia que rodea nuestras vidas, y también un propósito y es algo que no debemos olvidar.

Cultivemos sentimientos positivos, sintámonos dichosos y agradecidos de poder vivir cada minuto de nuestras vidas con lo que tenemos y poseemos, si podemos estar mejor, bien, pero si no es asi, aprendamos a ser agradecidos con lo que nos ha tocado en suerte, y tratemos de aprender la lección que hay implícita en cada experiencia de nuestra vida, sólo asi podremos ir avanzando en el camino de la luz, en el camino espiritual, ese que nos conduce hacia el Amor. Que la luz de la luciérnaga que hay encendida en nuestro corazón no deje nunca de brillar.

"Tengo tres perros peligrosos: la ingratitud, la soberbia y la envidia. cuando muerden dejan una herida profunda." Martin Luther King

Muchos de nosotros nos hemos visto envueltos en situaciones donde nos preguntamos:

¿Por qué me pasa esto si yo no he hecho nada malo?

Sencillo:  Porque no soportan verte brillar...

Muchas veces nos preguntamos ¿Por qué en nuestro sitio de trabajo o en nuestra comunidad siempre hay alguien que quiere sabotearte o tratar de meterte en chismes infundados o en problemas sin sentido?

Fácil:  Porque sencilla y llanamente no soportan verte brillar...

La Envidia, es el peor sentimiento que podamos tener. Que envidien tus logros, tu éxito, que envidien verte brillar. Cuando esto pase, no dejes de brillar, continúa siendo tú mismo, sigue dando lo mejor de ti, sigue haciendo lo mejor, no permitas que te lastimen, no permitas que te hieran, sigue brillando y no podrán tocarte, porque tu luz seguirá intacta, tu esencia permanecerá, pase lo que pase.

Hay que seguir haciendo las cosas para Dios no para el demonio, hay que seguir haciendo las cosas bien hasta llegar a la excelencia porque eso disipa la oscuridad y aparta a quienes viven en las tinieblas. 


Hay que hacer las cosas por amor a Dios y en bien de nuestra alma y nuestro progreso porque eso ayuda a aniquilar al mal y a quien porta su bandera. Un fósforo en la mano, pequeño insiginificante pero cómo disipa a la oscuridad.

Moraleja... no hay que envidiar al que brilla, simplemente hay que imitarlo


Fuente: Web
              http://lasrutasdeangelica.blogspot.com/2011/02/la-luciernaga-y-la-serpiente.html

martes, 9 de octubre de 2012

ENVIDIA - ENVY




La Envidia está definida como la tristeza o pesar por el bien ajeno, es uno de los males actuales que ha ido creciendo socialmente, la envidia es el camino más fácil para la persona que no se siente preparada para competir con otra persona objeto de sus críticas por su buena suerte

Es difícil no experimentar la envidia alguna vez, pero hay que saber canalizarla para ser personas mejores y buscar el camino digno para nuestra propia fortuna. Una persona envidiosa se vuelve amargada, obstinada y busca excusas donde no las hay; suele ser chismosa y poco productiva.

La envidia es aquel sentimiento o estado mental en el cual existe dolor o desdicha por no poseer uno mismo lo que tiene el otro, sea en bienes, una buena familia, un buen padre, una buena madre, amor y concordia familiar, inteligencia, cualidades superiores u otra clase de cosas. La RAE la ha definido como tristeza o pesar del bien ajeno, o como deseo de algo que no se posee.

La Envidia en la Psicología
En términos médicos la envidia ha sido definida por diversos términos según los diagnósticos psiquiátricos. El que más ha marcado redundancia en los últimos tiempos es la frase citada por el Dr Saúl F. Salischiker:
"Cuando una persona se obsesiona y deja de vivir por estar pendiente de tu vida o en este caso en la vida de su adversario, de su entorno, y entre otras cosas siente agobio por cada uno de sus triunfos… Aparte de mostrar signos graves de inferioridad, te muestra que estas tratando con una persona psiquiátricamente enferma."
Dr. Saúl F. Salischiker, Médico Psiquiatra y Psicoterapeuta.

Primera definición.- Tristeza o pesar del bien ajeno.

De acuerdo a la primera definición la envidia es sentir tristeza o pesar por el bien ajeno. De acuerdo a esta definición lo que no le agrada al envidioso no es tanto algún objeto en particular que un tercero pueda tener sino la felicidad en ese otro. Entendida de esta manera, es posible concluir que la envidia es la madre del resentimiento, un sentimiento que no busca que a uno le vaya mejor sino que al otro le vaya peor.

Segunda definición.- Emulación, deseo de algo que no se posee.

De acuerdo a la segunda de las acepciones la envidia se puede encuadrar dentro de la emulación o deseo de poseer algo que otro posee. Siendo en este caso que lo envidiado no es un sujeto sino un objeto material o intelectual. Por lo tanto en esta segunda acepción la base de la envidia sería el sentimiento de desagrado por no tener algo y además de eso el afán de poseer ese algo. Esto puede llegar a implicar el deseo de privar de ese algo al otro en el caso de que el objeto en disputa sea el único disponible.

§  Una tercera posibilidad para comprender lo que la envidia implica sería la combinación de las dos acepciones mencionadas anteriormente. Cualquiera sea el caso, la envidia es un sentimiento que nunca produce nada positivo en el que lo padece sino una insalvable amargura.

§  Otra definición de envidia, es que el envidioso cuenta mentiras sobre la persona a la que envidia o las cosas que tiene, para poder tenerlas, en ocasiones la envidia puede hacer que el envidiado muera a manos del envidioso.

Pecado capital


La Envidia es considerado como un pecado capital porque genera otros pecados, otros vicios; El término "capital" no se refiere a la magnitud del pecado sino a que da origen a muchos otros pecados y rompe con el amor al prójimo que proclama Jesús.
San Gregorio Magno (*ca540 en Roma – † 12 de marzo de 604), fue el sexagésimo cuarto Papa de la Iglesia católica romana; fue quien seleccionó los siete pecados capitales, y se mantuvo por la mayoría de los teólogos de la Edad Media.
Dante Alighieri en el poema de El Purgatorio, define la envidia como "Amor por los propios bienes pervertido al deseo de privar a otros de los suyos." El castigo para los envidiosos es el de cerrar sus ojos y coserlos, porque habían recibido placer al ver a otros caer. En la edad media el famoso cazador de brujas, el cardenal Peter Beasbal le atribuyó a la envidia el demonio llamado Leviatán, un demonio marino y que era sólo controlado por Dios.

Estudios, citas y notas

Bertrand Russell sostenía que la envidia es una de las más potentes causas de infelicidad. Siendo universal es el más desafortunado aspecto de la naturaleza humana, porque aquel que envidia no sólo sucumbe a la infelicidad que le produce su envidia, sino que además alimenta el deseo de producir el mal a otros.
José Antonio Marina sostiene cierta nomenclatura afectiva en su obra "El laberinto sentimental", en la que divide los fenómenos afectivos en: afecto, sensaciones de dolor placer, deseos y sentimientos, subdividiendo éstos en cuatro grupos según su intensidad como: estados sentimentales, emociones y pasiones. Este último grupo, las pasiones, son definidas como "sentimientos intensos, vehementes, tendenciales, con un influjo poderoso sobre el individuo". Sería en este grupo en el que la envidia quedaría configurada.
La envidia ha sido frecuentemente tema y ha inspirado relatos literarios como el de Caín y Abel que aparece en el Génesis de la Biblia. Este relato, en realidad, ejemplifica la rivalidad y conflictos históricos entre los sistemas de vida nómadas y sedentarios de pastores y agricultores que se han desarrollado a lo largo de la historia. El escritor de la generación del 98, Miguel de Unamuno afirmaba que era el rasgo de carácter más propio de los españoles y escribió para ejemplificarlo su novela Abel Sánchez, en que el verdadero protagonista, que significativamente no da título a la obra, ansioso de hacer el bien por la humanidad, sólo recibe desprecio y falta de afecto por ello, mientras que el falso protagonista, que sí da título a la obra, recibe todo tipo de recompensas y afecto por lo que no ha hecho. 
Famosos envidiosos de la historia son: Antonio Salieri, Judas y Hitler.

La Envidia en un Maltratador Psicológico


El psicólogo Iñaki Piñuel describe la envidia que siente un acosador como un sentimiento de inferioridad, el cual opera en forma de culpabilidad, que el acosador siente por no poseer atributos que él estima ideales. 
Los defectos físicos, intelectuales o emocionales generan un sentimiento de inferioridad que la persona intenta compensar superando esas carencias mediante el desarrollo de un complejo de superioridad. El complejo de superioridad hace que el acosador viva en la ficción de la posesión de valores, atributos y cualidades que en realidad no posee, negándolos en los demás de manera defensiva. 
Cuando surge en su entorno una persona (la víctima) que sí posee en verdad tales características, ello supone para el acosador un verdadero choque con la realidad. Su reacción ante esa dolorosa realidad suele consistir en negar, eliminando la fuente de la disonancia, desarrollando el psicoterror contra la víctima. 
El objetivo es hacer desaparecer a la víctima del horizonte psicológico del acosador porque sus capacidades suponen para éste una destabilización psicológica. 


La Caridad es lo opuesto a la Envidia, es aquella virtud que consiste en amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos. En síntesis, es desearle a tu prójimo todo lo mejor y aceptar los hechos.

lunes, 8 de octubre de 2012

LA ENVIDIA


Del latín invidĭa, la envidia es el deseo de obtener algo que posee otra persona y que del que otra carece. Se trata, por lo tanto, del pesar, la tristeza o el malestar por el bien ajeno. En este sentido, la envidia constituye el resentimiento (el sujeto no quiere mejorar su posición sino que desea que al otro le vaya peor).

"La envidia en los hombres muestra cuán desdichados se sienten, y su constante atención a lo que hacen o dejan de hacer los demás, muestra cuánto se aburren."
                                                       Arthur Schopenhauer (1788-1860) Filósofo alemán.

En muchos casos ese deseo de que al otro le vaya peor se concreta con acciones relativas a causar daños de todas clases a la persona objeto de la envidia, esos daños pueden ser económicos, al honor y reputación, a la salud, a la belleza y hasta pueden comprometer la integridad física y emocional del envidiado; quien muchas veces puede creer que los problemas son causa de la fatalidad, cuando la realidad si se investiga un poco, deriva en la envidia.

"La envidia es una declaración de inferioridad."
                                   Napoleón I (1769-1821) Napoleón Bonaparte. Emperador francés.

Constantemente somos  bombardeados por los medios de comunicación sobre cosas materiales, de objetos, de artículos de lujo, etc; y cuando no podemos comprarlos y otros sí, eso genera un sentimiento de envidia hacia ese otro que sí tiene los medios para adquirir lo que nosotros no podemos.  

Y no solamente los objetos son motivo de envidias, también las cualidades o virtudes personales, las personas que sufren de envidia son personas cuya autoestima es bastante baja, tienen complejos de inferioridad ante los demás y como no saben como resolver esas carencias psicológicas de modo sano, entonces dan rienda suelta a la envidia.








El catolicismo considera a la envidia como uno de los sietes pecados capitales, ya que supone la fuente de otros pecados. El envidioso desea tener algo a costa de privar a otra persona de dicha posesión.


"En cuanto nace la virtud, nace contra ella la envidia, y antes perderá el cuerpo su sombra que la virtud su envidia."
                                               Leonardo Da Vinci (1452-1519) Pintor, escultor e inventor italiano.

Esta doble condición de desear algo que no se tiene y pretender obtenerlo a partir de lo que otro tiene hace que la envidia cause infelicidad y dolor a aquel que experimenta el sentimiento. 

El envidioso no se conforma con obtener algo, sino que quiere producir mal a la persona que tiene lo que él envidia.


"La envidia y el odio van siempre unidos, se fortalecen recíprocamente por el hecho de perseguir el mismo objeto."
                                                                                     Jean de la Bruyere (1645-1696) Escritor francés.


El envidioso vive rumiando su desgracia, es un ser inconforme con la vida y con su suerte, pero no hace nada para remediarlo, a menos que sean acciones que vayan en detrimento del envidiado. Cuántas veces vemos como hay personas tan envidiosas que piensan que lo que no puede ser para ellos no es para nadie, y en ese proceder no dudan en dañar a la persona que envidian.

Por algo dicen que la envidia tiene rostro amarillento.


"Después de aquellos que ocupan los primeros puestos, no conozco a nadie tan desgraciado como quien los envidia."
                                                                            Marquesa de Maintenon (1635-1719) Noble francesa.



Todos hemos sentido envidia alguna vez en la vida, cuando éramos niños quizá envidiábamos algo que poseían nuestros hermanos, también de adolescentes sufrimos por envidia, cuando alguna chica era más guapa que nosotras o un chico más popular, etc.



"Todos los tiranos de Sicilia no han inventado nunca un tormento mayor que la envidia."
                                                                      Quinto Horacio Flaco (65 AC-8 AC) Poeta latino.




En la envidia hay también un sentido de competencia, competir con el otro demostrando que puedo ser igual  o mejor que él. 

Pero es una competencia insana guiada por la envidia y los celos. Lo cierto es que en la medida que vamos evolucionando vamos aprendiendo a domesticar ese sentimiento y a controlarlo, porque sabemos que es un sentimiento bajo, que nos amarga y hace infelices. Pero no todos lo desean controlar, ni lo hacen.

Hay personas que sólo viven para envidiar y desear el mal a otros.

La psicología afirma que la envidia es un sentimiento que se niega tanto ante terceros como ante uno mismo. El envidioso desea ocultar su envidia y resulta poco frecuente que la asuma, ya que supone la aceptación de una carencia.

Sin embargo, los efectos de las acciones de los envidiosos son notables.