miércoles, 10 de octubre de 2012

FÁBULA SOBRE LA ENVIDIA - LA SERPIENTE Y LA LUCIÉRNAGA


"Cuenta la leyenda, que una vez, una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga. Ésta huía rápido y con miedo de la feroz depredadora y la serpiente no pensaba desistir. Huyó un día, dos días y la serpiente no parecía desistir. En el tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga se detuvo y dijo a la serpiente:

¿Puedo hacerte tres preguntas?
-No acostumbro dar éste precedente a nadie pero como te voy a devorar, puedes preguntar…..

¿Pertenezco a tu cadena alimenticia? -No,

¿Yo te hice algún mal? -No

Entonces, ¿Por qué quieres acabar conmigo?  -Porque no soporto verte brillar!"

Ese no soportar ver brillar a los demás es algo que corroe el alma del envidioso sin darle sosiego ni paz.
 "La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es el hambre espiritual", así decía Miguel de Unamuno. Hambre espiritual, vacío interior, carencia de valores, porque cuando un ser humano está seguro de sí mismo y de sus capacidades, no siente envidia de los demás.

Aprender a aceptarnos como somos con nuestras limitaciones y ventajas, defectos y virtudes, es síntoma de evolución espiritual,  aprender a alegrarnos con el triunfo o la felicidad del otro es símbolo de nobleza en el corazón. Superar la envidia nos hace seres mucho más satisfechos con nosotros mismos y también mucho más humanos.

Nadie debe vanagloriarse de sentir envidia, porque es un sentimiento dañino. He leído que algunas personas opinan que se puede aprender a sublimar la envidia convirtiéndola en un estímulo para esforzarse en buena lid  para obtener lo que envidiamos, es decir por méritos propios, pudiera ser que se hablase de una envidia sana en éste sentido, pero no estoy tan segura de pueda haber una envidia sana, la envidia de por sí es un sentimiento insano que  de una u otra forma nos hace infelices si no aprendemos a controlarlo.

Nuestro mundo actual está lleno de sentimientos negativos, dañinos, son esos sentimientos que corroen el espíritu y que nos convierten en personas frustradas, egoístas, infelices, celosas, amargadas, rencorosas, etc... debemos tratar de trascender éstos tipos de sentimientos, cómo? queriéndonos más a nosotros mismos, elevando nuestra autoestima, aprendiendo a ser mejores seres humanos de corazón noble y generoso. 

Recordemos que estamos en tiempos de Ascensión caminando en el Amor, y en el Amor no hay cabida para sentimientos tan mezquinos como la envidia ni algún otro parecido. 

Hay una frase de Josh Billings que dice: "El amor mira a través de un telescopio, mientras que la envidia lo hace a través de un microscopio."

Esta frase nos ilustra muy bien lo estrecha de miras que puede ser la envidia en comparación con lo ancho del Amor donde todo cabe.

Plutarco a su vez nos dice sobre la envidia que es un desorden del alma "inconfesable" : "Entre los desórdenes del alma, la envidia es el único inconfesable."

Inconfesable porque el que lo padece debería sentir vergüenza de ello, no es algo de lo que una persona pueda sentirse orgullosa,  un desorden del alma, Plutarco ha sabido definir muy bien a la envidia. No podemos permitir que los desórdenes del alma nos agobien y controlen, además recuerden también el papel que juega el Ego en todo ésto, es el personaje que lleva las riendas de éste sentimiento tan devastador de la personalidad.

Debemos aprender a alegrarnos con los éxitos de los demás, pero a hacerlo de corazón, sin sentir envidia por ello, a cada quien le toca lo que debe tocarle en ésta vida, cada uno está cumpliendo su misión y no todas las misiones son iguales, ni tienen porque serlo, puede ser que el exitoso necesite vivir el éxito para evolucionar o aprender alguna lección, lo mismo que el que fracasa, o no logra sus cometidos, siempre hay una lección en cada cosa o circunstancia que rodea nuestras vidas, y también un propósito y es algo que no debemos olvidar.

Cultivemos sentimientos positivos, sintámonos dichosos y agradecidos de poder vivir cada minuto de nuestras vidas con lo que tenemos y poseemos, si podemos estar mejor, bien, pero si no es asi, aprendamos a ser agradecidos con lo que nos ha tocado en suerte, y tratemos de aprender la lección que hay implícita en cada experiencia de nuestra vida, sólo asi podremos ir avanzando en el camino de la luz, en el camino espiritual, ese que nos conduce hacia el Amor. Que la luz de la luciérnaga que hay encendida en nuestro corazón no deje nunca de brillar.

"Tengo tres perros peligrosos: la ingratitud, la soberbia y la envidia. cuando muerden dejan una herida profunda." Martin Luther King

Muchos de nosotros nos hemos visto envueltos en situaciones donde nos preguntamos:

¿Por qué me pasa esto si yo no he hecho nada malo?

Sencillo:  Porque no soportan verte brillar...

Muchas veces nos preguntamos ¿Por qué en nuestro sitio de trabajo o en nuestra comunidad siempre hay alguien que quiere sabotearte o tratar de meterte en chismes infundados o en problemas sin sentido?

Fácil:  Porque sencilla y llanamente no soportan verte brillar...

La Envidia, es el peor sentimiento que podamos tener. Que envidien tus logros, tu éxito, que envidien verte brillar. Cuando esto pase, no dejes de brillar, continúa siendo tú mismo, sigue dando lo mejor de ti, sigue haciendo lo mejor, no permitas que te lastimen, no permitas que te hieran, sigue brillando y no podrán tocarte, porque tu luz seguirá intacta, tu esencia permanecerá, pase lo que pase.

Hay que seguir haciendo las cosas para Dios no para el demonio, hay que seguir haciendo las cosas bien hasta llegar a la excelencia porque eso disipa la oscuridad y aparta a quienes viven en las tinieblas. 


Hay que hacer las cosas por amor a Dios y en bien de nuestra alma y nuestro progreso porque eso ayuda a aniquilar al mal y a quien porta su bandera. Un fósforo en la mano, pequeño insiginificante pero cómo disipa a la oscuridad.

Moraleja... no hay que envidiar al que brilla, simplemente hay que imitarlo


Fuente: Web
              http://lasrutasdeangelica.blogspot.com/2011/02/la-luciernaga-y-la-serpiente.html

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