Del latín, gluttire,
que significa tragar o engullir de manera excesiva alimentos o bebidas sin
medida.
Es un pecado capital
para la religión cristiana y el catolicismo, es un vicio del deseo desordenado
por el placer conectado con la comida o con la bebida. Este deseo puede ser
pecaminoso de varias formas (siempre según los conceptos de dicha religión):
1. Comer
o beber en exceso más de lo que el cuerpo necesita.
2. Cortejar
el gusto por cierta clase de comida a sabiendas de que va en detrimento de la
salud.
3. Consentir
el apetito por comidas o bebidas costosas, especialmente cuando una dieta
lujosa está fuera del alcance económico.
4. Comer
o beber vorazmente dándole más atención a la comida que a los que nos
acompañan.
5. Desperdiciar
la comida estando en la misma categoría que la de comer más de lo que necesita
el cuerpo.
Como “uso inmoderado de los alimentos
necesarios para la vida” es definido este pecado o transgresión.
La definición teológica se complementa
con que “el placer o deleite que acompaña al uso de los alimentos, nada tiene
de malo; al contrario, en el efecto de una providencia especial de Dios para
que el hombre cumpliese más fácilmente con el deber de su propia
conservación. Prohibido es, empero, comer y beber hasta saciarse por ese solo
deleite que se experimenta”. De esta manera, la religiosidad latina especifica
estas faltas en:
- proepropere: comer antes de tiempo o cuando se debe abstener de comer, por
ejemplo en los días de ayuno señalados por la Iglesia.
- laute: cuando
se comen manjares que superan las posibilidades económicas de la persona.
- nimis: cuando
se bebe o se come en perjuicio de la salud de la persona.
- ardenter: cuando se come con extrema voracidad o avidez a la manera de las
bestias.
La gula se transforma en pecado en los
siguientes casos:
- Cuando por el solo placer de comer se llega al hurto o se reduce a la familia a la mendicidad. Puede hacerse analogía con las adicciones en particular la ingesta de alcohol, drogas, juego, etc.
- Cuando
el deleite en el comer y/o beber se reduce a un fin único y preponderante en la
vida.
- Cuando
es causa de graves pecados como la lujuria y la blasfemia.
- Cuando
trasgrede los preceptos de la Iglesia en los días de ayuno y de
abstinencia de ciertos alimentos.
- Cuando se provoca voluntariamente el vómito para continuar el deleite de la comida.
- Cuando
se auto infiere grave daño a la salud o sufrimiento a si mismo y a los que
lo rodean.
Además de lo dicho por la teología
tradicional, la gula tiene un aspecto que no debemos dejar de considerar:
Es la manifestación física de un apetito más profundo y significativo, un estado de ansiedad.
El que cae en las tentaciones de la gula, no sólo quiere consumir comida.
Quiere, de alguna manera, ingerir todo el universo, satisfacer el vacío que siente. Asimilar, hacer suyo, todo
lo exterior, reducir todo lo otro a sí mismo. En este sentido la gula se
mimetiza estrechamente con la lujuria y otros pecados capitales, pues se trata de ponerse por sobre lo otro,
reducirlo, objetivarlo y hacerlo suyo. De esta manera el “glotón” se
transforma en el único centro de referencia, en conformidad con el principio
del amor a sí mismo. El asimilar, reducir, el universo en general y al prójimo
en particular a sí mismo es la más radical negación del otro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.